jueves, 5 de noviembre de 2015

Cómo equilibrar tu cuerpo mediante productos naturales

Desde la antigüedad se han venido utilizando los recursos naturales que ofrecía nuestro entorno para obtener beneficios físicos y mentales en nuestro cuerpo. Estas medicinas arraigadas en nuestra cultura más ancestral están siendo víctima del vapuleo según las ciudades se van masificando y estos remedios caseros de toda la vida se van mistificando de forma inadecuada e infundada, olvidándose en favor de una vida más moderna y urbana. En cualquier caso, la fitoterapia; esto es, el uso de plantas medicinales para la sanación y la curación, tiene a sus espaldas numerosos estudios científicos que la acreditan como una forma más, complementaria y alternativa, además de mucho más cercana a nuestros orígenes como especie, de medicina. Estos estudios, ya sean de etnobotánica o de farmacología, medicina o fisiología humana están, en un gran número de casos, disponibles para aquellos que deseen documentarse de manera más profunda.



La mayoría de productos a la venta en un herbolario online o en una tienda física de corte similar fueron encontrados en un principio de manera más o menos fortuita. Recordemos el caso, por ejemplo, del árbol de la quina, disperso por las profundidades de la selva amazónica, su corteza era usada por las culturas precolombinas como febrífugo, pero al ser acogida por los conquistadores españoles se descubrieron sus propiedades antipalúdicas. Las corporaciones farmacéuticas aún extraen hoy en día el alcaloide presente en la planta (quinina) como materia prima en la elaboración de cuantiosos medicamentos contra la malaria.



El hecho de que no todas las plantas dispongan de bellas historias tras ellas no debe llevarnos a engaño. Una breve salida al campo puede traer consigo el hallazgo de un sinnúmero de plantas con propiedades curativas excepcionales a partir de las cuales pueden prepararse fitofármacos cuyo uso propicia resultados abrumadores. Algunas de estas plantas son la menta, el poleo, la manzanilla, la jara, la digital, la amapola, la lavanda, el espliego, la corteza de abedul (la cual contiene ácido acetilsalicílico, principio activo de la famosa aspirina) y muchas otras más. La dificultad de usar estas plantas recae en la correcta identificación de la especie, la determinación de la dosis y su correcta preparación para ser consumida, es por ello que no es recomendable preparar uno mismo infusiones o pastillas si se carece de la formación necesaria, siempre será mejor dejar este trabajo a los profesionales que trabajan en un herbolario o en una botica.

Pese a la ofuscación por parte de algunos sectores, la fitoterapia está resurgiendo en grupúsculos presentes en todo el mundo, principalmente en Estados Unidos que es lugar de nacimientos de muchas tendencias vanguardistas. Estos grupos intentan acercarse a nuestros antepasados, ya sea en forma de agricultura y ganadería ecológica, control del sistema autoinmune y de la liberación de adrenalina, asiduidad a las dietas macrobióticas o la superación de enfermedades o malestar a través de las plantas que nos ha brindado la Naturaleza, las cuales no tienen nada que envidiar a los compuestos químicos sintéticos que se nos intentan imponer forzadamente.

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